viernes, 29 de mayo de 2015

¿Cambiar o no cambiar? 1ª Parte


El Héroe ante el desafío más importante


El Camino del Héroe es un viaje sin retorno hacia un profundo cambio en nuestra forma de ser, y en consecuencia también en nuestro hacer.




Este cambio es inevitable y representa un gran desafío, pues vamos a penetrar en nuestra propia oscuridad, como en una profunda mina de carbón, para salir por el otro lado con un diamante en nuestras manos: El Don que nos hace únicos, con el cual podemos transformar nuestra vida obrando desde la autenticidad y sirviendo de ejemplo e inspiración para quienes estén determinados a convertirse a su vez en los Héroes y las Heroínas de su propia vida. 

 



Sin embargo, ¡el cambio siempre es doloroso! Especialmente para el Ego, estrechamente vinculado a la mente analítica y racional, y tan necesitado de mantenerlo todo bajo control.





¿Por qué cambiar nos atemoriza tanto? La respuesta es sencilla: Porque implica salir de nuestra Zona de Confort y de Seguridad, dejando atrás la imagen que tenemos de nosotros mismos, así como nuestras creencias y valores de toda la vida; es decir, nuestra vieja y querida forma de ser, la cual, aunque limite nuestras posibilidades y frustre muchas de las oportunidades para mejorar que tenemos a nuestro alcance, es la única que hemos conocido hasta ahora.




¡Y esta parte de nosotros se resiste con fuerza a morir!
Hace más de dos mil años, el Buda nos enseñó que no es el cambio en sí lo que nos produce dolor, sino nuestra propia resistencia al cambio.
Así le sucede al príncipe Arjuna, el Héroe de la epopeya hindú del Mahabharata, cuando ha de enfrentarse a sus viejas y queridas costumbres, hábitos y creencias, simbolizados en los amados parientes que esgrimen sus armas en las filas del ejército de los Kurús, a los cuales él se ha de enfrentar en una batalla a muerte:

Sin embargo, como ya pusiera de relieve Joseph Campbell, gran divulgador del Arquetipo del Camino del Héroe, el cambio es necesario:

"Hay que librarse de la vieja piel para que para que pueda salir la nueva. Si nos fijamos en lo viejo nos atascamos. Cuando nos aferramos a cualquier forma corremos riesgo de putrefacción.
El infierno es la vida secándose. Al atesorar, al que en nosotros quiere quedarse, aferrarse, debemos matarlo.”




Y el gran literato portugués Fernando Pessoa, por su parte, escribió para nosotros este bello párrafo, hablando sin nombrarlo, del atemporal y universal Viaje del Héroe, y anunciando la terrible consecuencia de no emprenderlo:




Por este poderoso y bien sabido motivo hablamos en el Camino del Héroe del Rechazo a la Llamada, tercero de los doce pasos, que sigue a la propia Llamada y precede al Encuentro con el Mentor.
En este artículo puedes saber más sobre este tema:

Cuando superamos este rechazo a seguir la llamada de nuestra alma, llegamos a un punto intermedio, en el cual nos preguntamos: ¿Qué nos espera más allá de nuestra confortable Zona de Seguridad, en el territorio de lo incierto y desconocido?
La respuesta es: ¡Todo lo que aún hemos de descubrir de nosotros mismos! O dicho con otras palabras, la Zona de Incertidumbre y de Aprendizaje. 
 




Como le sucede a la intrépida Lutecia, una de las dos protagonistas de esta fábula:

Uno de los mayores y más trágicos absurdos de nuestra vida, inevitable resultado del condicionamiento social, es el habernos conformado desde que éramos muy jóvenes con una forma de ser y de hacer que aprendimos de nuestro entorno y de nuestras primeras experiencias importantes en la vida, la cual nos hemos negado a revisar y actualizar, renunciando al beneficio asegurado de mejorarla.




¡Muy bien! Por hoy llegamos hasta aquí, la semana que viene sabremos más sobre las implicaciones y las ventajas de dar la bienvenida a los cambios en nuestra vida.


Manuel Marques Robles

Coach para el Camino del Héroe



viernes, 22 de mayo de 2015

El Desaliento del Héroe, 2ª Parte


La Travesía del Desierto

Sin embargo, la parte más dura del Camino del Héroe se presenta cuando éste ha llegado en su Aventura hasta el mismo centro del Mundo Extraordinario; se trata de la larga, extenuante y desmoralizante travesía por la soledad del propio Mundo Interior, cuando todos los esfuerzos parecen inútiles, las dificultades interminables y los desafíos imposibles de superar...



  
Esta parte del Viaje Heroico recibe diferentes nombres según quien la describa, pues aunque el Camino, como Arquetipo Vivencial, es uno, cada experiencia individual es también única y por supuesto diferente.
Para muchos es la Travesía del Desierto, pues el Desierto simboliza la terrible e inacabable soledad del encuentro con uno mismo en las pruebas más difíciles del Camino.



  
Para otros es el caer en el Vientre de la Ballena, símbolo del encuentro con nuestras emociones más profundas e inquietantes, como le sucedió al Héroe bíblico Jonás. 
 


Para el místico español San Juan de la Cruz era La Noche Oscura del Alma; el navegar angustiante por la interminable noche de lo desconocido de nosotros mismos, en compañía de nuestras mayores tristezas y nuestros miedos más aterradores.




Para Jesucristo fueron los 40 días en el desierto, durante los cuales fue tentado por Satanás; y para Sidharta Gautama, el Buda, fue la noche bajo el Árbol Bodhi, impasible ante el feroz ataque de las huestes de demonios de Mara, el Dios del Mal.




Y para todo Héroe o Heroína en general es la Bajada a la Cueva Profunda, donde se enfrentará a la Prueba Suprema.




Aquí te comparto los links a dos artículos donde puedes leer más y profundizar sobre este tema:
¡Ahí está la prueba más difícil! Superar el desaliento ante lo aparentemente insuperable, por mayúsculo e interminable. En este trance mueren todos los Héroes, para renacer como supremos vencedores de su Oscuridad y todas sus debilidades.





 
En este momento es cuando realmente tenemos la gran oportunidad de conocernos a nosotros mismos, pues como me gusta explicar, hasta que la vida y las circunstancias no te llevan más allá de lo que consideras que son tus límites, no verás aparecer lo peor y al mismo tiempo lo mejor de ti mismo, y es en ese momento y no antes, cuando realmente sabes quién eres y qué eres capaz de lograr. 
 





Ahí conquistamos nuestro Individualidad y tomamos nuestro legítimo Poder, y este es el acto más heroico que podemos realizar en nuestra vida, pues así construimos la Grandeza de nuestra Alma Inmortal.
Y nadie ha retratado esta experiencia tan desafiante, que forja el temple de nuestra Alma, como el filósofo estoico y emperador romano Marco Aurelio, quien lo vivió en su propia vida, y lo compartió para la posteridad con estas palabras:

"La verdadera grandeza espiritual del hombre se muestra en las pruebas, en el peligro, en la desgracia. No desconfiar en medio de la desgracia, plantarse con la frente erguida de cara al mal, no abandonarse al desaliento, es virtud tan sólo del roble, de la roca y del alma grande.”





¿Estás preparado para atravesar tu propio Desierto Interior? Si es así, ¡adelante y con decisión y entusiasmo! Porque lo que a lo largo de la Travesía aprenderás sobre ti mismo y la vida, en ninguna otra experiencia lo tendrás, y para siempre te será útil.
Para inspirarte y bien enseñarte ante este desafío, te comparto un inmortal poema, que habla de una larga y afortunada travesía:





Si no has leído la 1ª Parte de este trabajo, aquí tienes el link para poder hacerlo:

¡Nos vemos en el Camino!


 

lunes, 11 de mayo de 2015

El Desaliento del Héroe, 1ª Parte


La Travesía del Desierto


Ser Héroe no es fácil... Nunca lo ha sido, y si bien es cierto que todos estamos llamados a serlo, solamente unos pocos deciden escuchar su propia Llamada y seguirla hasta el final.




Por eso este es un Camino para auténticos Héroes y Heroínas, para personas valientes y decididas a darse a sí mismas una vida plena y con sentido; al elegir comenzar esta aventura, demuestran al mundo y a ellas mismas que se niegan a rendirse ante las exigencias de la sociedad, y a conformarse con una vida mediocre.
Pero el precio de esfuerzo y de compromiso a pagar es alto, y sin duda ninguna totalmente justo y apropiado, al nivel del premio que le espera a quien recorra el Camino hasta sus últimas consecuencias, pues todos los Héroes mueren... Para renacer nuevamente en su auténtico Ser, después de haber dado muerte a la vieja y falsa personalidad, la misma tras la cual se ocultaron de las amenazas de un mundo hostil y conformista, y también de sí mismos.




A veces el desaliento comienza bien al principio del Camino, como le sucedió al Héroe Arjuna... Acompáñame en un viaje hasta La India más arcaica, a través del relato llamado “Bhagavad Gita,” que significa “Canto del Señor.” El Héroe, que encarna el Príncipe Arjuna, caudillo de los Pandavas en su lucha a muerte con los Kurús; otra versión del eterno combate entre el Bien y el Mal.




En los instantes previos a la gran batalla, Arjuna le pide a su maestro, el dios Krishna, que conduzca su carro de guerra al centro del campo de batalla, para poder ver cara a cara y de cerca a los enemigos contra los cuales ha de luchar y vencer:

"En el medio, entre los dos ejércitos, pon mi carro, ¡oh Krishna! Para que pueda contemplar esas huestes ansiosas de pelea contra las que he de combatir en esta inminente guerra. Y mirar a los ahí reunidos, prontos a la lucha y deseosos de complacer en la batalla al perverso hijo de Dhritarâshtra.”




Sabe que no habrá cuartel ni misericordia, pues no se van a hacer prisioneros, pero también es consciente de que, aunque joven, es ya un guerrero consumado y famoso, victorioso en muchas batallas, y ésta es la más crucial.





En pie sobre su carro, hace sonar su Cuerno y mirando al feroz ejército de los Kurús, ve entre ellos a sus amigos de la infancia, a sus parientes cercanos y a Drona, su más venerado maestro de entre los hombres, y confundido y acobardado ante la amarga perspectiva de tener que dar muerte a quienes él tanto aprecia, deja caer su arco, cubriéndose el rostro con las manos:

"Y entre las filas de ambos ejércitos vio Arjuna a padres y abuelos, preceptores y condiscípulos, tíos, primos, hijos y nietos; cuñados y bienhechores, en una y otra hueste. Al ver Arjuna a tantos parientes prestos a la lucha, movióse a profunda piedad y exclamó tristemente:
¡Oh Krishna! Cuando contemplo a esos, mis parientes, así prestos al combate y anhelantes de pelea. Se estremecen mis miembros, se me abrasa la boca, todo mi cuerpo tiembla y el cabello se me eriza. Gândiva (el arco divino de Arjuna, construido por el Dios Creador Brahmâ y entregado a Arjuna por Varuna, la Deidad de las aguas) se me cae de la mano, arde mi piel, no puedo sostenerme se atorbellina mi mente.
Y presiento adversos augurios, ¡oh Krishna! No veo ventaja alguna de que en batalla se maten los parientes. Porque no ansío la victoria, ni la realeza, ni los goces. ¿Qué es la realeza, ¡oh Krishna!, qué los placeres y aún la misma vida, si aquellos por cuya causa anhelamos bienes materiales, están ahí batalladores con desprecio de vida y de riquezas?
Maestros, padres, hijos, abuelos, tíos, suegros, nietos, cuñados y demás parientes.”


¿Qué significa para ti lo que has leído de esta bella epopeya? ¿Cuál crees que es el gran dilema de Arjuna al comienzo de la batalla? ¿Alguna vez te has visto en una situación equivalente a la suya?
Voy a compartirte la clave fundamental de esta historia: Él ha de enfrentarse a sus viejas y queridas costumbres, hábitos, creencias y aspiraciones, que en su día le fueron útiles, pero que ahora, en este momento de crisis y evolución, simbolizado por la batalla que está a punto de empezar, ha de dejar atrás porque le estorban y aún le pueden matar, es decir, aplicando la enseñanza a nuestro contexto, creencias limitantes y comportamientos equivocados que nos pueden atar a una forma de ser que debemos superar y trascender si no queremos quedarnos apalancados y muertos en vida.
Esta confrontación con lo que hemos sido en un pasado, que nos impide vivir con autenticidad y poder el momento presente y aspirar a un futuro diferente y mejor, es una de las experiencias más duras que ha de enfrentar el Héroe en su camino de superación, y por ello es a veces tan difícil llegar hasta el final.
Finalmente, todo acaba bien para Arjuna ¡y los Pandavas vencen a los Kurús! Por cierto, el campo de batalla se llama “Kurushetra,” que significa “Campo de la Consciencia.”





¡Muy bien! Hasta aquí la 1ª parte. La semana que viene seguiremos adentrándonos en la extraordinaria Travesía del Desierto del Héroe, donde él descubrirá quién es realmente, en todos sus aspectos, se encontrará con su propia Sombra y en ella hallará su verdadero Poder para hacer el Bien.


domingo, 3 de mayo de 2015

Los Valores del Héroe


El Héroe como Modelo para la Educación


Los Seres Humanos somos imitadores por naturaleza; cuando somos bebés y aún niños, imitamos todo comportamiento que observamos a nuestro alrededor para aprender cómo comportarnos, cómo hablar, y cómo hacer cualquier tarea que se nos ponga por delante, para de este modo saber cómo manejarnos por la vida.




Este es un paso básico y fundamental en nuestra educación, y precisamente la palabra educación viene del latín “Educire,” que significa “Sacar de dentro.”
Si no dispusiéramos de un modelo para imitar, seríamos incapaces de despertar y ejercitar nuestra propia habilidades innatas, al igual que un animal cazador, como un león o un lince, que habiendo vivido toda su vida en cautividad, si son liberados en la naturaleza se muestran incapaces de sobrevivir como cazadores, porque su instinto de caza permanece latente, y en consecuencia ellos no saben desempeñarse como tales.




¡Y podemos ir aún más lejos! Emulando a una persona podemos adaptar su hacer a nuestra propia forma de ser, y de esta manera mantener íntegra nuestra Individualidad.
El antropólogo rumano Mircea Elíade, quien fue catedrático en la universidad de La Sorbona de París, consideraba al Mito, un conjunto de Arquetipos actuando como los personajes de una historia en la cual todos son partícipes y/o protagonistas, como un Modelo Ejemplar de desempeño para los hombres y mujeres de todas las culturas. Y lo explicaba con las siguientes palabras:

"La caballería, los oficios, los clérigos, los campesinos… Adoptan un Mito de Origen de su condición o su vocación y se esfuerzan por imitar un modelo ejemplar.”



Este Mito de Origen era protagonizado por un dios o una diosa, y también por héroes y heroínas, o personajes legendarios.
A partir de ahí en adelante, el desempeño ejemplar que ellos habían enseñado era seguido por todas las generaciones siguientes, pues atendiendo a la calidad de los personajes que lo habían protagonizado -seres divinos y héroes- era considerado un modelo perfecto.




A este acto de emulación, Mircea Elíade lo llamaba “Imitatio Dei,” o “Imitación de lo Divino.”
Aquí puedes saber un poco más sobre el Mito y el Arquetipo:

Y toda profesión o actividad humana esencial para la vida tenía su correspondiente Mito de Origen; por poner un ejemplo, el Deporte y la competición deportiva:

En la actualidad, y desde finales de los años 70´la PNL (Programación Neuro Lingüística) nos habla del modelado como una técnica fundamental para lograr desempeños de éxito en nuestra vida personal y profesional.
A propósito de esto, y en la misma línea de lo que Mircea Elíade llamó “Imitatio Dei,” explica Rafael Echevarría, en su libro “Ontología del lenguaje,” cómo en la antigüedad, antes de la invención del alfabeto, cuando las enseñanzas se transmitían oralmente y los poetas educaban a la gente, los mitos se utilizaban como modelo ejemplar para enseñar a las personas acerca de las virtudes, pero no de una forma teórica y académica, sino a través de las acciones de los Héroes de los Mitos, como Heracles, Ulises, Teseo... Y tantos otros como en el mundo han habido. En sus propias palabras:

"Los poetas, los responsables entonces de la educación, cumplían con su función de enseñar relatando historias épicas o fábulas, narraciones sobre acciones realizadas por humanos, héroes y dioses. De esta forma, se sabía lo que era la piedad, el amor o la perfidia a través de las acciones realizadas por los personajes de esas historias.
Por ejemplo, se accedía a la sabiduría obrando a la manera de aquéllos a quienes la comunidad, a través de estos relatos, como en el caso de Ulises, consideraba sabios. Se aprendía la valentía obrando según aquellos que la comunidad, en sus historias, consideraba valientes, como Aquiles.”




Los Héroes son ejemplo vivo de Valores dignos de imitar, así como necesarios para un desempeño correcto y exitoso en la desafiante aventura que representa nuestra vida.
Los Valores Personales son nuestras Creencias referentes a todo aquello a lo que le damos importancia.
Se hacen reales cuando los llevamos a la práctica en nuestro desempeño personal y profesional, es decir, cuando nos realizamos a través de ellos.
Los Valores son el motor que pone en marcha e impulsa todas y cada una de nuestras acciones en la vida.



 
Y Joseph Campbell, el principal divulgador del Arquetipo del Camino del Héroe en nuestro mundo contemporáneo, nos enseñó la importancia de las acciones de quienes nos precedieron en nuestro viaje heroico, fundamental para contar con un modelo ejemplar, fiable y constatado, para llegar a nuestro destino.
Y lo explicó con las siguientes palabras:

"Por lo demás, ni siquiera tenemos que aventurarnos solos, pues los héroes de todos los tiempos lo han hecho antes que nosotros. El laberinto es exhaustivamente conocido.
Sólo debemos seguir la huella del paso del héroe, y donde habíamos pensado hallar una abominación, encontraremos un dios. Y donde habíamos pensado matar a otro, nos mataremos a nosotros mismos. Donde habíamos pensado viajar hacia el exterior, llegaremos al centro de nuestra propia existencia. Y donde habíamos creído estar solos, estaremos con todo el mundo.”





¡Sigamos pues la huella del Héroe y convirtámonos en la Mejor Versión de nosotros mismos!