miércoles, 21 de junio de 2017

¿Morir o no morir? ¡Esta es la cuestión!


Muriendo a lo viejo para renacer a lo auténtico


¡Todos los Héroes mueren! Cuando un Héroe comienza su Camino, se dirige inevitablemente hacia su propia muerte... La muerte de su personalidad, de su antigua, obsoleta, y en mayor o menor medida falsa forma de ser y de hacer.
Es un paso necesario para dar a nuestra auténtica personalidad, aquella que refleja fielmente, sin distorsionar ni ocultar, y en toda su magnificiencia, a nuestro Ser Esencial, al Espíritu que somos, la oportunidad de surgir desde las sombras y manifestarse tal y como es.
Pero para hacer realidad este deseo, nuestra vieja personalidad ha de morir, así como muere el gusano en la crisálida para dar nacimiento a la mariposa.





El investigador, profesor, y escritor estadounidense Joseph Campbell, autor de “El Héroe de las Mil Caras”; considerado la biblia del Arquetipo del Héroe, nos explica con estas palabras la necesidad y propósito del inevitable desenlace en este punto de nuestro viaje heroico:

Hay que librarse de la vieja piel para que para que pueda salir la nueva. Si nos fijamos en lo viejo nos atascamos. Cuando nos aferramos a cualquier forma corremos riesgo de putrefacción.El infierno es la vida secándose. Al atesorar, al que en nosotros quiere quedarse, aferrarse, debemos matarlo.”





En las antiguas Escuelas de Misterios, que fueron sede y espacio para el desarrollo personal a lo largo de miles de años, cuando éste estaba prohibido al pueblo, la Muerte de la Personalidad del Candidato a Iniciado a los Misterios, es decir, a aquel que iba a recibir el Conocimiento y las herramientas para ponerlo en práctica, se escenificaba en un ritual que se realizaba justo antes de ser investido con la Sabiduría. Solamente así se aseguraban que el Poder que conlleva el Conocimiento era depositado en las manos adecuadas, pues la vieja personalidad era incapaz de utilizar adecuadamente este Poder, y por este motivo debía desaparecer para dar entrada a una nueva forma de ser, capacitada para desempeñar adecuadamente el nuevo rol. Esta ceremonia era llamada la Muerte Iniciática, y marcaba un antes y un después en la vida de la persona.




En nuestra vida cotidiana, así como en nuestro propio Camino del Héroe, esta Muerte Iniciática se da durante los cambios de ciclo, cuando se hace necesario soltar el lastre de lo inútil, de lo pasado, para poder abrirse a lo nuevo; sigue la siguiente dinámica:

RUPTURA + PÉRDIDA → APERTURA A LO NUEVO = RENOVACIÓN

La Muerte Iniciática comienza dentro de un proceso de Crisis, que puede ser a nivel personal, de pareja, de salud, laboral, o de vocación. Este proceso es activado por cualquier tipo de experiencia que suponga una ruptura o un trauma importante para nosotros.




La consecuencia inmediata es una pérdida: De trabajo o profesión, económica, de salud, de pareja, amistad o familia, y también de lugar de un lugar querido que ha sido nuestro hogar. Esta pérdida puede ser única o múltiple, y este último caso la experiencia de la Muerte Iniciática es mucho más intensa y... Poderosa, porque cualquiera de ellas, y aún más cuando suceden en conjunto, puede tener como resultado la pérdida de una forma de ser y de hacer en nuestra vida.




La Muerte Iniciática viene siempre acompañada del miedo a perder una parte o la totalidad de nuestra querida personalidad, junto con el temor a asumir una nueva forma de ser y de hacer, además de los consecuentes sentimientos de ansiedad, tristeza, soledad, confusión, estar fuera de lugar, desarraigo, depresión, y un largo etcétera.
Sin embargo, y a pesar de su dureza inherente, que en ocasiones hace que esta experiencia parezca una cruel venganza del destino, este proceso es sano y necesario para nuestra crecimiento como seres humanos, y profundamente purificador de nuestra psique. Esta experiencia de ruptura, pérdida y renovación, encontrando un nuevo sentido y significado a nuestra vida, ha sido descrito metafóricamente como la Noche Oscura del Alma, según las palabras que utilizó el místico español San Juan de la Cruz.



 
¡Abracemos pues a nuestra Muerte! Porque ella viene a liberarnos del peso del peso de nuestro pasado, de nuestros errores, de nuestras mentiras, y de todo lo que nos hace vivir dándole la espalda a nuestra Autenticidad, nuestra Grandeza, y a cualquier posibilidad de Ser Nosotros Mismos, nuestra Mejor Versión.
La Muerte es la gran maestra para la Vida, tal y como expuse en este artículo, publicado anteriormente, que ahora te invito a leer:


Manuel Marques Robles

Mentor y Coach en el Camino del Héroe